Regando con tus sudores
los minerales cerreños
obrerito mal pagado
vas cosechando dolores.
Por eso dejas tu nido
cual errante golondrina
pobre minero cerreño,
al ver tu destino herido.
Aquel amauta cerreño
por eso, pues; sentenciaba:
que eras “generoso suelo
tan sólo para el extraño”.
¡Ay! suelo qué pródigo eres
para las extrañas plantas,
qué cruel te muentras en cambio,
para con tus propias flores.
También con pasión sentida
cantar quisiera tu suerte,
mas ¿para qué ya restañar
triste suelo, tu herida?
ESTRIBILLO:
Los que cantaron grandezas
de tu fama, ya se fueron,
llevándose las ternezas
conque ensalzarte supieron.
PRÓDIGO SUELO (S.F.)
Autoria de la Letra: Anonimo
Fuente: El folklore literario del Cerro Pasco (1994) de Cesar Pérez Arauco. p. 372.